Cuando diseñamos nuestro jardín es muy importante la elección del mobiliario. Dentro del mobiliario, incluiremos todos los elementos que pueden trasladarse de un sitio a otro, y que se utilizan en cierto sentido para decoración, pero a su vez tienen sus propias funciones, como las mesas, sillas, tumbonas, muebles balancines, etc. El mobiliario debe ser solidario con la decoración del jardín, para crear un ambiente armónico y de buen gusto. Los muebles pueden ser de madera, resina, aluminio, metal o fibra. Cada uno de estos materiales presenta diferentes resistencias a la intemperie, y es importante conocer las características de temperatura, humedad y precipitaciones, exposición al sol, para elegir material y mobiliario, y tener en cuenta el mantenimiento, en coste y en tiempo necesario para llevarlo a cabo.
Además, a los muebles se les pueden añadir cojines o almohadones para hacerlos más confortables. Los muebles de madera son, junto con los de metal, los tipos básicos que pueden encontrarse en un jardín. Suelen hacerse diseños clásicos, y muchas veces son buscados directamente los muebles antiguos, de colección, para una mejor imagen del jardín. El mobiliario de madera que aporta, además de elegancia, calidez. De los muchos tipos de maderas se utilizan las que son adecuadas para resistir las inclemencias del tiempo: las maderas que se utilizan en la construcción de barcos, como la teka, el iroco, ipé, son muy resistentes. Es muy importante que, si se decide comprar muebles antiguos, se observe que no haya fisuras, vetas o nudos ni zonas astilladas en la madera, porque pueden traer problemas a largo plazo. Estas zonas, más débiles, serán las primeras en degradarse, dando un mal aspecto al mobiliario del jardín. Para su mantenimiento, dependiendo el tipo de madera, puede ser necesario lijar el mueble, y aplicarle lacas de protección. Dependiendo del gusto propio, estas lacas pueden ser incoloras o coloreadas al tono de alguna madera especial.
Mobiliario de metal, resina y fibras naturales
El mobiliario de resina incluye modelos prácticos y livianos, dando al jardín un diseño funcional. Incluyen los elementos plegables, como sillas, mesas extensibles, que se adaptan a cualquier espacio. Podemos encontrar una gran variedad de colores y diseños, son además los de menor costo, su mantenimiento también es reducido, con limpiarlos con un paño húmedo basta, y son resistentes a las inclemencias del tiempo. Los únicos puntos negativos que tiene este mobiliario incluyen su baja resistencia a elementos pesados o de alta temperatura, y que no son estimados por los diseñadores de jardines.
El mobiliario de metal puede ser de aluminio, hierro o acero. Las características de estos tres materiales son diferentes, y también difiere su uso según el método de construcción del mueble: extrusión (formando barras huecas), fundido (relleno de moldes, piezas sólidas) y forjado (calentado y martillado del metal, las piezas se sueldan o atornillan). El aluminio es un metal liviano, cuya característica más sobresaliente es que nunca se oxida. Antiguamente se hacían muebles de aluminio extrudido, pero no son estables contra el viento, y se los coloca en zonas tranquilas, como alrededor de las piscinas. Respecto del hierro, este metal es altamente oxidable, de hecho en la naturaleza siempre se lo encuentra como óxidos de hierro. Por tanto, requiere una cuidadosa manutención, aunque si se lo cuida bien pueden durar centurias. El mantenimiento de este mobiliario requiere lavados regulares, seguidos de encerados en las superficies lisas, y aplicación de aceites en las texturadas.En las partes móviles, aplicación de aceites. Al comprar este tipo de muebles (aluminio y acero) hay que revisar en los primeros que los tornillos sean del mismo metal o de acero inoxidable, y en los segundos, es mejor que estén atornillados. El acero no es un metal puro sino aleación de hierro y otros metales. Esto produce dureza, resistencia a la oxidación, y dependiendo de los metales adicionados, se puede obtener acero galvanizado (recubierto de zinc) o inoxidable (con cromo), este último también resiste a la corrosión.
El mobiliario de fibra natural incluye aquellos de mimbre, bambú y rattán, y son ideales para decorar terrazas cerradas. Aportan elegancia y calidez como los de madera, pero a su vez están mejor indicados para zonas de mucho calor (son más frescos), son más ligeros y también más económicos. Dan un toque rústico a las terrazas y jardines, y pueden tanto estar en ambientes cerrados o abiertos. Muchas veces, se puede optar por colocar macetas en los armarios de mimbre, bambú o rattán, este tipo de mobiliario en general no se fabrica con maderas anchas sino con angostos tubos o semitubos huecos, entonces es importante contar con los accesorios de sostén necesarios para que aquello que sea apoyado sobre ellos, no quede desbalanceado y evitar las caídas y rupturas de elementos importantes. También se suelen utilizar mucho las cestas y canastos de este material, que pueden asociarse a telas o plantas de tipo papiráceo. Son un elemento a tener en cuenta para una decoración armónica.
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