
Los colores a seleccionar deben destacarse de los del entorno. Piensa en tonos anaranjados, amarillos, rojos y verdes.

Utiliza materiales naturales en la medida de lo posible. Piedra, gratino, mármol o terracota sería perfecto para el suelo. Azulejos y mosaicos de colores también combinaría bien tanto en el suelo como en las mesas. Conviene que las paredes tengan una superficie irregular, esto se puede lograr fácilmente con una capa de yeso, pintura texturizada, o añadiendo un poco de arena de construcción a la pintura.

Si antes de pintar aplicamos un poco de cera en los lugares donde se nota más el desgaste natural, como las esquinas y bordes, esa pintura no se adherirá a esas zonas. Una vez seca le podemos pasar una lija sobre los lugares donde queremos que se note más el efecto anticuado, y lograremos tener muebles de otro siglo.

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